Simon y Caroline están de vuelta para otra ronda de repostería, sexo y grandes cambios de vida. Estableciéndose, pero nunca conformándose, Caroline finalmente ha encontrado un equilibrio entre lo profesional y lo personal. Como una de las mejores diseñadoras de interiores de San Francisco, viaja por todo el norte de California entre recovecos con Simon.
El trotamundos perpetuo Simon ha reducido sus kilómetros de viajero frecuente a la mitad durante el último año, prefiriendo equilibrar también su vida profesional y personal.
El siguiente paso en sus vidas parece predestinado: brindis, velos y el pasillo de los pétalos de rosa. Pero cuando un accidente en una sesión de fotos en el sudeste asiático le trae a Caroline la llamada telefónica más aterradora que pueda imaginar, tiene que preguntarse si “hasta que la muerte nos separe” es una perspectiva más realista que la que enfrenta la mayoría de las parejas.
Ha sido una gran aventura, y Caroline y Simon no se irían sin el mejor final sorpresa. Una parte sexy, una parte divertida, una pizca de lugares exóticos, y un camisón rosa, mezclado con pasión, y tienes Last Call. Servido con un poco de Clive.
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